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ACTO CONMEMORATIVO DEL 520.º ANIVERSARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA
UNIVERSIDAD DE SEVILLA

https://www.us.es/actualidad-de-la-us/ofrenda-floral-por-el-520o-aniversario-de-la-us

    Protocolo del acto

Organiza: Universidad de Sevilla)
Fecha: Lunes, 14 de julio de 2025
Hora: 9:30 h
Duración: 30 minutos
Lugar: Capilla de Santa María de Jesús
Avenida de la Constitución, 27. 41004 Sevilla
3. Intervención del Profesor de Filología Latina del Departamento de Filología Griega y Latina de la Universidad de Sevilla.
A continuación, el Rector Magnífico cederá la palabra a D. José Solís de los Santos, catedrático de Filología Latina del Departamento de Filología Griega y Latina de la Universidad de Sevilla, que hablará sobre la fundación de la Universidad de Sevilla con ocasión de la conmemoración del 520.º aniversario de la misma.

El legado de Maese Rodrigo

NVLLA GENERIS DIFFERENTIA HABEATVR

Es pertinente, es justo que la Universidad de Sevilla celebre el 520 aniversario de la bula cuya traducción completa estará incluida en la nueva edición del facsímil con que se obsequia a los Doctorados Honoris Causa.

https://www.us.es/actualidad-de-la-us/la-universidad-de-sevilla-celebra-su-520o-aniversario-con-la-traduccion

Ha sido más de medio milenio de una continuidad que pese a sus dificultades, altibajos y vericuetos nunca ha sido interrumpida.

La carta apostólica del papa Julio II dada en Roma a 12 de julio de mil quinientos cinco otorgaba al maestro Rodrigo de Santaella, canónigo y arcediano de la Iglesia Metropolitana de Sevilla y protonotario apostólico, la licencia para fundar en la ciudad un establecimiento de enseñanza para estudiantes sin recursos económicos mediante la anexión de rentas de varios beneficios eclesiásticos cuya titularidad nuestro calonge disfrutaba.

No había cuajado, pues, la decisión tributaria del Cabildo municipal con la que se pretendió dar cumplimiento al privilegio para un Estudio General y Universidad otorgado a la ciudad en 1502 por los Reyes Católicos.

La bendición de la capilla tuvo lugar a 17 de mayo de 1506, sin estar terminado el edificio, y cercano ya a su muerte el arcediano de Reina obtuvo del mismo papa una nueva bula, de 16 de junio de 1508, por la que se le autorizaba la concesión de grados en Medicina con las mismas gracias pontificias que gozaban las dos universidades del reino de Castilla y León, Salamanca y Valladolid.

Como añade al epitafio que aquí vemos en su tumba la moderna inscripción latina del pedestal de su estatua en el Patio del Reloj, Rodrigo Fernández de Santaella, natural de Carmona, era maestro en Artes y Teología por la universidad más antigua de Occidente, la de Bolonia, donde a mediados del siglo XIV el cardenal Gil de Albornoz había fundado el Colegio de San Clemente de los Españoles de Bolonia para estudiantes de todos los reinos cristianos peninsulares.

RVDERICO FERNANDEZ DE SANTAELLA CARMONENSI | ARTIVM ET SACRAE T<H>EOLOGIAE MAGISTRO | BONONIENSI HVIVSCE VNIVERSITATIS CONDITORI | ET MVNIFICO PATRONO

Hic iacet Rhodericus | Ferdinandus a Sanctaella, presbiter, arti- | -um et sacrae Theologiae | magister, sedis apostolicae protonotarius, Sanctae |5 Hispalensis Ecclesiae ca- | -nonicus et archidiac- | -onus de Reina. Vixit | annos LXIIII, dece- | -ssit die XX mensis |10 Ianuarii anni D(ei) MD | IX.

                                    Discite, mortales, celestia quaerere nostra: haec
                                              in cineres tandem gloria tota reddit.

Aquí yace Rodrigo Fernández de Santaella, presbítero, maestro de Artes y Sagrada Teología, protonotario de la Sede Apostólica, canónigo de la Santa Iglesia de Sevilla, y arcediano de Reina; vivió sesenta y cuatro años. Falleció en el día 20 del mes de enero del año de 1509. Aprended, mortales, a buscar nuestros bienes celestiales: Al final, toda esta gloria se convierte en cenizas.

De esa institución europea que lo acogió como becado no solo extrajo el esquema de las Constituciones de su futuro colegio, sino la idea de fundar una institución similar para escolares pobres de la archidiócesis que hiciera posibles a través de la formación del clero diocesano una promoción de las clases desfavorecidas y una nivelación social que entonces no se veían imprescindibles para el progreso.

Este proyecto e ideal quedaron sintetizados, también en latín pero al margen esta vez de la cadencia solemne de la exhaustividad legislativa de las bulas, en la lápida que podemos ver hoy a pie de calle en el lateral de esta antigua capilla, y que anteriormente estaba sobre el balcón principal de la fachada del desaparecido Colegio debajo de la hornacina en que estuvo colocada una imagen de piedra de la Virgen María.

¿Qué lugar soy, preguntas? Soy monasterio hospitalario y casa de enseñanza, colegio humilde para los humildes, dedicado a Cristo Jesús y a su Santa Madre María, quienes aman la humildad.

Quis locus sum queris? sum
hospitale monastem. dom9q3 doctrine
humile collegim: humilib9 chr.to jesu:
et diue genitrici marie dicatum
qui humilia diligunt.

Pese a la pátina medieval de sus caracteres góticos, propios de la tipografía sevillana de la época, esta humilde y, aunque tosca, preciosa inscripción encierra reminiscencias clásicas en la interpelación al viandante de la epigrafía latina, y en la definición de ‘casa de enseñanza’, domus doctrinae, que Cicerón empleó para encomiar a la ciudad de Atenas como ‘casa de las ciencias’.

Es evidente que si no dejó expresamente redactado ese epígrafe, al menos se hace necesario admitir su directa inspiración.

Por otro lado, la insistencia, a manera de poliptoton, en la condición humilde de la institución y sus colegiales, como casa de acogida e instrucción de estudiantes y clérigos pobres, según leemos en la línea octava de la edición y traducción la bula de 1505 (pauperes scholares et clerici |8|), sugiere un alcance mayor que la mera apelación evangélica.

En la redacción original autógrafa de las Constitutiones del Colegio de Santa María de Jesús custodiado en la Real Academia de la Historia se ha conservado íntegro el capítulo décimoquinto que en la copia manuscrita que tenemos en nuestro Archivo Histórico se encuentra sañudamente tachado y eliminado en los impresos posteriores.

Trata el censurado capítulo de “que en la selección <de colegiales y cargos> no debe haber consideración alguna en las diferencias de linaje <ni razas>” (Quod in electionibus nulla differentiae generis ratio habeatur), y constituye la primera y única condena contra ese instrumento de discriminación social que fue el estatuto de limpieza de sangre.

Tampoco disminuye esta valentía, esta grandeza de alma de nuestro fundador el hecho de que él también fuese de origen converso, hecho que fue advertido modernamente por el historiador sevillano Antonio Domínguez Ortiz ya en 1955, a partir de la lectura de fray Domingo de Valtanás en su Apología sobre ciertas materias en que ay opinión, que se publicó en Sevilla por Martín de Montesdoca en 1556.

De espaldas a la implacable persecución inquisitorial, la opinión de Santaella fue el adoctrinamiento pacífico en la línea evangelizadora representada por fray Hernando de Talavera, confesor de la reina Isabel y primer obispo de Granada, y en la obra de otro conspicuo converso del prerrenacimiento castellano, Alonso de Cartagena, y la expuso en varios sermones que editó o dio a conocer “al pueblo sevillano para convencer a judíos y conversos con sencillo estilo y suave amonestación de la sola luz de la verdad”.

No quisiera terminar estas palabras sin mencionar al menos a los maestros y colegas cuyas obras cito a lo largo de mis trabajos sobre el fundador y las cartas apostólicas de nuestra Universidad. Se trata de una tradición de estudios que iniciaron profesores y egresados de esta casa, Joaquín Hazañas y La Rúa, Francisco Aguilar Piñal, Manuel González Jiménez, Fernando Betancourt, Manuel Romero Tallafigo, María Jesús Sanz, José Sánchez Herrero, Francisco Márquez Villanueva, José Antonio Ollero Pina, Juan Gil, Joaquín Pascual Barea, Antonio López Fernández, José María Maestre, Angélica Valentinetti, Klaus Wagner, Carmen del Camino, Manuel García Fernández, los bibliotecarios y archiveros de la Institución Colombina a nombre de su directora Nuria Casquete de Prado Sagrera, y, muy especialmente, en la persona de su directora Rosario Gil García, a todos y cada uno del personal de nuestra Biblioteca de la Universidad de Sevilla, sin cuya disponibilidad no habrían podido realizarse estas investigaciones de primera mano.

Gracias.

https://classicahispalensia.es/estudios/196-bula-de-julio-ii-de-1505

https://personal.us.es/jsolis/corteg.htm

https://classicahispalensia.es/estudios/13-el-humanismo-en-sevilla-en-la-epoca-de-diego-lopez-de-cortegana-jose-solis-de-los-santos